70 familias desplazadas desde el norte de Cabo Delgado a los campamentos de Maranga, en la región de Montepuez, han podido construir su casa gracias a la ayuda de 7 albañiles contratados por Mundukide.
Las personas interesados comenzaron a fabricar ladrillos hace un mes, y cuando ya tenían suficientes ladrillos para empezar con la construcción, fueron los albañiles quienes empezaron a ejercer como asesores en la construcción de las casas. Cada albañil ha tenido 10 familias a su cargo, y dado que para la construcción de las casas utilizan materias primas naturales, en adelante esta puede llegar a ser una manera de construir tantas viviendas como se desee.
Entre el material disponible para la construcción de las casas se encuentran los bidones de transporte de agua, un par de palas y un molde de madera para la fabricación de ladrillos. Las estructuras de los tejados, por su parte, se han realizado con bambú, cubierto con una hierba denominada kapin. Las familias están encantadas con estas casas construidas con sus propias manos y Mundukide también se muestra orgulloso de unos resultados obtenidos a un coste muy bajo, ya que se trata de una forma adecuada y totalmente sostenible de reorganizar las vidas de estas personas que huyen del conflicto.
Una vez en posesión de sus casas, la agricultura será la mejor y única opción que tendrán estas personas para sobrevivir, y teniendo en cuenta que muchas de ellas son pescadores que no tienen experiencia en el cultivo, podrán beneficiarse del programa de asesoramiento de Mundukide a la hora de poner en marcha sus huertas.
El conflicto armado que vive desde 2017 la población de la provincia de Cabo Delgado, al norte de Mozambique, ha obligado a un tercio de la población a abandonar su hogar y huir junto a su familia a un lugar más seguro.
Los grupos armados destruyen sus casas, torturan, violan y matan a los hombres delante de sus familias, para luego reclutar a menores.Tres cuartas partes de los desplazados son mujeres y niños/as y el 90% de ellos, tras recorrer más de 400 kilómetros, quizá encuentre refugio en casa de algún familiar, pero la mayoría se verá obligada a rehacer su vida desde cero.
Mundukide cuenta con una trayectoria de 20 años trabajando con los y las agricultoras de Cabo Delgado, pero en los últimos años desarrolla su labor apoyando a las personas que acuden desplazadas, alineándose así con la petición de ayuda del gobierno local. Inicialmente las familias se refugiaron en tiendas de campaña o en las casas de sus familiares, luego les ayudamos a transportar material para construir casas de bambú, pero el tiempo pasa y hacen falta soluciones más duraderas.