Colombia

Nuestra labor se fundamenta en mejorar la vida de dos colectivos con distintas formas de ganarse la vida; Nos referimos al COLECTIVO DE RECICLADORAS DE CALLE, cuyo ámbito de actuación son las ciudades, y al COLECTIVO DE MUJERES AGRICULTORAS INDÍGENAS PASTOS del ámbito rural.
- LÍNEA DE ACTUACIÓN RECICLADORAS: Los/as recicladores/as conforman en la sociedad latinoamericana uno de los grupos laborales más excluidos. Recoger lo que se desecha y en muchas ocasiones rebuscar entre la basura es considerado uno de los estratos más bajos. Al mismo tiempo, su acción es necesaria para un desarrollo humano más sostenible. El proyecto plantea fortalecer sus capacidades y acompañar su proceso de alianza local y regional como parte de su estrategia.
- LÍNEA DE ACTUACIÓN DE MUJERES AGRICULTORAS INDÍGENAS PASTO: Contribuimos a mejorar la vida de las mujeres agricultoras junto a las entidades y asociaciones locales,f ortaleciendo la soberanía alimentaria, la economía familiar y la resiliencia ante eventos externos de mujeres indígenas Pasto de Nariño.
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#25N ¡Paremos la violencia contra la mujer!
4 diciembre 2020
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655
655 personas beneficiarias.
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6
6 cooperativas asistidas, con 211 personas socias, de las que el 77% son mujeres.
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74%
715 personas formadas, de las que el 74% son mujeres.
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2º
Constitución de cooperativa de 2º grado de la unión 4 entidades
Datos del 2021. Si necesitas más información, puedes acceder a informes y publicaciones
Zonas de actuación
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PROGRAMA DE COLABORACIÓN CON COLECTIVO DE RECICLADORAS DE OFICIO
La población sujeto del presente proyecto está conformada por 3.952 recicladores/as (1.404 mujeres y 2.548 hombres) de las ciudades de Pasto y de Cali. Si bien el proyecto está enfocado a mejorar las condiciones de todos/as los/as recicladores/as de las dos ciudades, las acciones están enfocadas principalmente a los socios/as de las organizaciones vinculadas tanto a la ARP, a la ARCAL, así como también de las que conforman ARSOC. Este grupo de la población sujeto la conforman un total de 1.129 recicladores/as (569 mujeres y 560 hombres). De entre ellos 410 (275 mujeres y 135 hombres) son participes más directamente de las actividades.
¿Por qué el gremio reciclador?
El colectivo reciclador es uno de los grupos que ha sido más invisibilizado y menospreciado por la sociedad colombiana. Su trabajo no ha sido, ni llega a ser, valorado como debería, a pesar de realizar un gran aporte a la sostenibilidad ecológica aminorando las toneladas de residuos que son desechados en las disposiciones finales, reduciendo la generación de gases invernadero y contribuyendo a una economía circular tan necesaria hoy en día. La población recicladora está conformada mayoritariamente por mujeres, muchas de las cuales tuvieron que desplazarse de su territorio por el conflicto y que encontraron en el reciclaje su único medio para sobrevivir en las urbes de las grandes ciudades, como parte de los estratos más pobres. En Colombia apenas el 9,8% de la población se encuentra en los estratos 5 y 6 (los más ricos) mientras que el 79,2% se encuentra en los estratos 1, 2 y 3 (los más pobres). Precisamente las personas recicladoras se ubican mayoritariamente en los estratos 1 y 2, siendo más del 80% las que no alcanzan al salario mínimo básico mensual establecido en Colombia ($261). De igual manera su acceso a los servicios sociales ha sido muy reducido. En lo que es salud, si bien más del 90% está vinculado al sistema de seguridad social, apenas el 9% tiene acceso a la jubilación (esto hace que muchas de ellas sigan realizando la actividad a pesar de la edad y el deterioro que supone). En educación alrededor del 40% no alcanzó la primaria y cerca del 30% no sabe leer ni escribir, porque no tuvieron el acceso al sistema educativo.
A esta situación hay que añadir los inconvenientes que se suman por ser mayoría mujeres, debido a las brechas de género (económicas, políticas y de violencia) que les toca vivir. Incluso esa mayoría no les exime de que los espacios de poder dentro de las organizaciones recicladoras sean copados por hombres. El proyecto plantea, como acción positiva, el fortalecimiento de la ARP (Asociación de Recicladoras de Pasto) desde un mayor empoderamiento de las mujeres y apostando por la transformación de las estructuras y sistemas existentes que generan y reproducen esas desigualdades.
La organización ha sido el medio con el que los/as recicladores/as colombianos/as son hoy en día pioneros en la exigencia de sus derechos, sorteando las dificultades y alcanzando logros importantes de reconocimiento e inclusión. En la actualidad participan del sistema público de aprovechamiento de residuos, lo que les permite recibir parte de la tarifa, pero al mismo tiempo les exige cumplir y alcanzar los mínimos establecidos. Para no retroceder deben fortalecer sus capacidades técnicas, administrativas y organizativas, a lo que se le suma también la necesidad de seguir reclamando y exigiendo sus derechos, ante las vulneraciones por parte de la administración pública y las empresas privadas. Al mismo tiempo, es necesario lograr un mayor empoderamiento de las mujeres, apostando por la transformación de las estructuras y sistemas existentes que generan y reproducen esas desigualdades.
¿Por qué el colectivo reciclador en Pasto?
Mundukide en su proceso de análisis de contexto identificó en el colectivo reciclador de Pasto (Nariño, uno de los departamentos más golpeados por el conflicto armado) y en la Cooperativa “Coemprender” una oportunidad de contribuir con este proceso vivido en el país. A su vez visualizó la necesidad de apoyar un proceso de alianza que surgía del colectivo reciclador de Pasto, alineado con una visión más global liderada por el movimiento reciclador nacional (ANR, ARSOC) que promovía la unión de las organizaciones para fortalecerse.
Bajo este proceso, se seleccionaron para la presente propuesta las 4 organizaciones de recicladores de Pasto que habían apostado por la alianza (ARP) y que sentían en su fortalecimiento el camino a seguir. De igual manera se mantuvo a todo el colectivo reciclador de la ciudad (que se ha incrementado de 655 personas en el censo del 2015 a 853 en el del 2020) porque en el ámbito de la ARP se ofrece apertura a independientes y a recicladoras/es de otras organizaciones, buscando su integración progresiva al proceso. La consolidación de la alianza se visualiza como el medio más efectivo de enfrentar las dificultades comunes que enfrentan a nivel local, y al mismo tiempo les facilita afrontar desafíos más globales, a través de su vínculo con ARSOC y ANR.
¿Por qué el colectivo reciclador en Cali?
En el marco de esa visión global-local, la ANR estableció como estrategia promover asociaciones regionales, que estuvieran a ella vinculadas, pero que al mismo tiempo pudieran, en cierta manera, descentralizar su liderazgo, trasladando la responsabilidad de unión de organizaciones a un nivel más local. Una de estas regiones estratégicas considerada fue el Suroccidente Colombiano, que agrupa principalmente a los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca y donde surgió ARSOC.
Tomando en cuenta los avances logrados con la ARP y la capacidad multiplicadora de sus iniciativas se considera importante trasladar y compartir (multiplicar) la experiencia con el colectivo reciclador de otra ciudad a través de ARSOC, para lo cual con su participación y con el contacto que se realizó con organizaciones de recicladores/as, se seleccionó a Cali. Por un lado, porque Cali constituye el foco económico del suroccidente, donde se agrupa la industria del reciclaje de la región (Cali es la 3ra ciudad más importante de Colombia). Y por otro, porque a pesar de tener una población recicladora mucho mayor que Pasto (4-5 veces más) se ha identificado interés por parte de varias organizaciones en aliarse y conformar la ARCAL (Alianza de recicladores de Cali). De igual manera se considera a todo el colectivo reciclador de la ciudad de Cali con el objetivo de que otras organizaciones de recicladores/as e independientes, de manera progresiva, se vayan sumando a la iniciativa de la ARCAL. Si bien la población femenina en Cali es menor que la media (27% según el censo), se visualiza este hecho como una oportunidad para trabajar de mejor manera su participación.
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PROGRAMA DE COLABORACIÓN CON MUJERES AGRICULTORAS INDÍGENAS PASTO
El colectivo meta directo de la intervención son mujeres indígenas y campesinas. Abarca de 417 productoras/es (332 Mujeres,
80%), agrupadas en al menos 20 asociaciones organizadas de resguardos indígenas del pueblo Pasto en el sector de la subregión
Exprovincia de Obando, al suroeste de Nariño. Obando está confirmado por 13 municipios de entre los cuales se trabajará en 6:
Ipiales, Cuaspud, Aldana, Cumbal, Potosí y Guachucal (en los 5 primeros ya se trabajó durante la propuesta piloto). 10 de estas
asociaciones, que se conformaron en la última década con la iniciativa Ventanas de Paz, y que han sido participantes de la
propuesta piloto, presentan ya un avance en los procesos establecidos desde Agromindalae los cuales serían ampliados a través del
proyecto. Se apoyará la creación de al menos otras 10 asociaciones con características similares en los mismos municipios, con los
que se emprendería un trabajo desde el inicio
Este colectivo conformado por mujeres (y algunos hombres), jefas de familia de sectores indígenas del pueblo
Pasto, han identificado en el cultivo de sus chagras de manera sostenible una oportunidad para proporcionar una alimentación
sana a sus familias, así como de obtener mayores ingresos que les permita mejorar sus condiciones de vida. Cabe reconocer que
su experiencia y conocimiento en el manejo de sus chagras, así como en los fondos autogestionarios, demostrados durante su
participación en la propuesta piloto desarrollada junto con Agromindalae y Mundukide, ha significado una fuente de inspiración
para la preparación del presente proyecto. Esta experiencia, junto con los aportes obtenidos durante los encuentros de
identificación realizados, han permitido ir moldeando la metodología y las actividades previstas para el proyecto con las
recomendaciones y orientaciones proporcionadas por las propias mujeres. En ese sentido se ha podido apreciar la asimilación
natural del proyecto por parte de las productoras, quienes asemejan principios de la agroecología con el manejo ancestral que les
han transmitido sus mayores y que lamentablemente han ido perdiendo. Durante la ejecución del proyecto se está manteniendo un
contacto continuo con el colectivo meta. Las asistencias técnicas en las fincas, los talleres en la Escuela de los Pastos, las reuniones
y sesiones de trabajo con las agrupaciones, el sistema participativo de garantías, así como los cocinatorios y las mindalas
aseguran el contacto permanente con las productoras. Este es fortalecido con la presencia de las multiplicadoras, cuyo talento
y disposición les permite compartir su experiencia y conocimiento con las demás beneficiarias, de campesina a campesina, en su
día a día. Por otro lado, el reconocimiento que existe a nivel regional de Agromindalae ha facilitado establecer conversaciones y
compartir la propuesta con numerosas instituciones locales, tanto públicas como privadas (Escuela de los Pastos, ADEL, ADC,
Pastoral de la Tierra en Ipiales, Municipio de Ipiales, Cámara de Comercio, Red de chefs de cocina tradicional de Pasto, Resguardos
indígenas, etc). Todas ellas han manifestado la pertinencia de la propuesta. Sus observaciones y aportes han permitido no sólo
aterrizar de mejor manera las acciones a ejecutarse fortaleciendo el contenido del proyecto, sino también establecer sinergias y
posibles coordinaciones durante su ejecución. Su participación e implicación están siendo esenciales a la hora de organizar los mercados,
las ferias, las mindalas, la campaña de sensibilización hacia un consumo más saludable, así como también para el propio
reconocimiento del sistema participativo de garantías. Por tanto, la coordinación se mantendrá de manera regular durante la
ejecución de proyecto. El proyecto en este escenario pretende aportar con un empujón al deseo de estas asociaciones de mujeres
e instituciones implicadas y contribuir en la reactivación de la economía local y en el fomento de una alimentación saludable,
como medidas para enfrentar los efectos provocados por esta pandemia.
Colombia
- Capital: Bogota
- Idioma: Español
- Superficie: 1.142.748 km²
- Población: 50.372.424 hab.
