Marzo es una época de mucho trabajo para los/as instructores/as de soja agrícolas que trabajan en el distrito de Majune (Niassa).
Como todos los años más de 150 instructores/as se trasladan a la provincia de Niassa para acompañar a las familias campesinas a mejorar sus campos de cultivo y al mismo tiempo para proporcionarles (no regalarles) aperos, semillas, etc. Estas personas son campesinos/as de otras provincias que tras dejar a sus familiares a cargo de sus cosechas, hacen un trabajo extra y bien remunerado al servicio del programa de Mundukide. El objetivo del equipo es aumentar la producción de cada una de las familias que participa en el programa y a la vez identificar y poner en contacto al mayor número de comerciantes activos en la zona, pues ello es lo que más contribuye a una comercialización competitiva y a mejorar precios para las campesinas.
Para atraerlos y lograr que ofrezcan los mejores precios para los campesinos, el programa les ofrece ventajas como acceso a información o facilitación de contactos (número de productores y volumen de la cosecha) esta se ha ido convirtiendo en una actividad principal a la que se le dedica un esfuerzo importante. Dichas relaciones no se limitan a los distritos en los que el programa implementa sus actividades, sino que abarcan a buena parte de los distritos de toda la zona norte (Cabo Delgado, Niassa, Nampula y norte de Zambezia), puesto que ese es el ámbito tanto comercial como agroecológico en el que se insiere el corredor Lichinga-Pemba.
En los distritos dónde trabaja Mundukide viven algo más de 1 millón de personas y estudios realizados por el programa muestran que: excepto en Montepuez donde ronda el 10%, en el resto de distritos no llega al 5% la población adulta que tienen empleo formal. En el corredor Lichinga-Pemba el 85% de las familias tienen la agricultura familiar como actividad de sustento principal. El retrato de la familia campesina ‘tipo’ está compuesta por 5 personas. Trabaja un área de 1,5ha. Usa sólo hacha, azada, machete y semilla local. No usa ni abono, ni maquinaria, ni insecticidas, ni semilla mejorada.
Produce ~1,2tn de cereales, 100kg de leguminosas y pequeñas cantidades de otros cultivos, sean alimentos (calabaza…) o de renta (algodón…). Toda la cosecha tiene un valor demercado total de 10.000-15.000MZN (unos 200€) para todo el año; es decir, un tercio de un salario mínimo anual de Mozambique. De toda la producción, aproximadamente dos tercios es consumido directamente en el hogar y un tercio vendido para obtener algún ingreso monetario. De lo que se deriva que la familia media obtiene unos 70€ en todo el año.
En estos años el programa Mundukide ha logrado, según el distrito, que el 15-30% de las familias hayan incrementado sus ingresos monetarios anuales en 200- 500% hasta los 150-500€/año. Hoy en día la participación de los campesinos/as se articula principalmente a través de 2 mecanismos:
1.- Por un lado, está el feedback continuo que le llega al programa a través de su presencia en el campo. Con un equipo propio compuesto de ~30 personas y un colectivo de 100-150 instructores conviviendo y trabajando directamente con las participantes; recibe continuamente sugerencias, quejas, propuestas e informaciones que ayudan a reaccionar de forma rápida a las necesidades y deseos de los participantes.
2.-Por otro lado, está la participación efectiva de los campesinos/as en las diversas actividades promovidas. El programa apoya siempre un elenco de diferentes opciones técnicas/cultivos y monitorea continuamente la participación en las mismas y el grado de adopción.
Como la participación no consiste en beneficiarse de insumos gratuitos o formaciones pagadas, sino en trabajar (con asistencia del instructor/a) con sus propios medios y en su propio campo; se detecta rápidamente qué acciones tienen un impacto positivo y cuáles no; cuando el número de participantes, en un cultivo/técnica aumenta, o crece la dedicación de las productoras, es un indicador claro, de que les está aportando beneficios que ellas mismas valoran como buenos. Y cuando la participación no crece, también es prueba de que no les está funcionando. El programa mide continuamente la participación y en función de ello decide qué opciones potenciar, reformular o abandonar.
Y al mismo tiempo, sobre todo a través de una comunicación continua con una amplia red de contactos (compradores, exportadores, transportadores…), continúa buscando siempre nuevas técnicas/cultivos para garantizar que se ofrece un abanico de opciones suficientemente diverso para interesar a personas en circunstancias diferentes.
El que fomenta Mundukide, es un sistema de participación totalmente activo, en el que son los campesinos con sus acciones efectivas, los que deciden qué apoya y deja de apoyar el programa.
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