Lurdes Larrañaga Iturbe (Bergara, 1958), ex empleada de Copreci actualmente jubilada, es voluntaria de la Fundación Mundukide desde hace cuatro años. Fue entonces cuando decidió unirse al programa Gehikoop, creado para compartir experiencias cooperativas con otros países. Con ese objetivo, recientemente ha podido conocer diversas iniciativas que actualmente son desarrolladas en Brasil. Recién llegada de Brasil, ha querido hablar con la revista Bihargin del Grupo Fagor.
Es voluntaria de la Fundación Mundukide. ¿Qué la llevó a tomar esa decisión?
La Fundación Mundukide no era nueva para mí. Durante años, he participado en la carrera solidaria intercooperativa organizada por Mundukide en el embalse de Urkulu (Gipuzkoa). Además, siempre he seguido con interés las noticias relacionadas con la Fundación, proyectos que impulsa en los países en desarrollo… Cuando supe que Mundukide quería poner en marcha la iniciativa Gehikoop, decidí unirme a ella.
¿Qué le ofrece Mundukide?
La posibilidad de participar en la transformación social. Es decir, gracias a la Fundación, puedo mirar al mundo de una manera distinta, así como profundizar en la faceta solidaria, conocer las necesidades de otros países y de quienes viven en ellos, ayudar…
¿Y qué ofrece Mundukide a la sociedad?
Mucho. Generalmente, ratifica la idea de que es posible construir una sociedad mejor. Pero no se limita a ello. Entre otras, refuerza la faceta solidaria de la sociedad, hace ver que la transformación social es necesaria, ayuda a los países más vulnerables, conciencia a la sociedad, confirma que el cooperativismo es un instrumento necesario para el cambio…
Acaba de llegar de Brasil. Ha participado en la iniciativa Gehikoop. ¿Qué es Gehikoop?
Es una iniciativa creada hace cuatro años. En ella participan Copreci, Fagor Ederlan, Maier y Arizmendi Ikastola. En general, el proyecto ayuda a conocer modelos de transformación social de otros países del mundo y da la oportunidad de colaborar con ellos. Ofrece espacios para aprender y compartir experiencias. Nosotros y nosotras, esta vez, hemos colaborado con las cooperativas brasileñas.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Enriquecedora. Esta experiencia comenzó a hacerse realidad en noviembre de 2021. Fue entonces cuando recibimos la visita de las personas de Brasil. Vinieron a Euskal Herria a conocer nuestro modelo cooperativo. Más tarde, en julio de 2022, fue nuestro turno. Viajamos a Brasil para conocer sus cooperativas, ver cómo trabajan, entender mejor sus necesidades, identificar en qué podía ayudar nuestra experiencia… Hemos aprendido mucho gracias a Gehikoop.
Actualmente está jubilada, pero hasta hace poco compaginó el trabajo con el voluntariado…
Así es. Siembre me he sentido a gusto. Hemos formado un buen equipo, lleno de ganas. Eso ha sido una gran fuente de motivación. Cuando haces algo que te gusta, es más fácil buscar y encontrar tiempo para llegar a todo. Así anduve yo durante los primeros años. Y ahora, ya jubilada, imagínate cómo ando…
¿Cuáles son los principales proyectos que Mundukide tiene actualmente en marcha?
Los principales proyectos siguen siendo los relacionados con el desarrollo de los países empobrecidos. Principalmente, nuestra tarea está destinada a ello, para que el mayor número de personas que sufre la pobreza consiga ser dueño de sí mismo. Para ello, se organizan diversas iniciativas durante todo el año, sean anuales o periódicas, como pueden ser la carrera solidaria intercooperativa, los programas de ayuda para los países más vulnerables…
¿Sería posible organizar todas esas iniciativas sin una red formada por personas voluntarias?
No. Iniciativas como Mundukide necesitan del voluntariado. La Fundación nació hace 23 años por convicción de un grupo de personas voluntarias de diversas ONGs de Debagoiena. Y no ha desaparecido. A día de hoy, Mundukide está formada por 20 personas voluntarias. Cada cual tiene su propia labor, dependiendo de su perfil. Todos tenemos qué dar y qué recibir.
Mundukide tendrá nuevos retos de cara al futuro…
Además de mantener vivos los programas ya creados, el objetivo sigue siendo el de sacar de la pobreza al mayor número de personas posible. En este mundo no es fácil trabajar con las personas y los países más vulnerables, pero esa es la misión de las personas que participamos en Mundukide. Ese es nuestro gran reto.