En el Programa Mozambique lo que se busca es que la población campesina, tanto hombres como mujeres, mejoren su seguridad alimentaria y sus condiciones de vida, a través de una actividad agropecuaria diversificada, rentable, sostenible y autogestionada.
Se aspira a que la población campesina alcance la seguridad alimentaria y nutricional, para ello es totalmente necesario mejorar la producción agropecuaria de las familias. Se considera que esta seguridad se podría alcanzar cuando la producción agropecuaria de una familia alcance el equivalente a un salario mínimo anual (62.500MZN~1.000EUR/año). Esto garantizará que, por un lado, la familia pueda tener acceso físico local a alimentos nutritivos y, por otro lado, que pueda vender los excedentes de la producción, para tener acceso a otros alimentos de difícil producción que puedan completar una dieta equilibrada (aceite, sal, azúcar…); así como tener ingresos que le permitan tener colchón y mantas para todas; una bicicleta o una pequeña moto por familia; ropa y cuadernos para todos las niños; radio y pilas para oír las noticias; capacidad de responder a los imprevistos…
También se busca que la actividad productiva sea sostenible en el tiempo. Para lo cual debe ser rentable (la producción debe tener un valor mayor que los gastos realizados y el trabajo invertido) y respetuosa con los recursos naturales en los que se sostiene para lo cual necesita métodos de producción integrada que permitan la restitución de la fertilidad, el combate a malas hierbas y otras plagas…
Además, se aspira a que dicha actividad sea autogestionada en el sentido de no dependiente. Es decir que la campesina domine varias técnicas/cultivos y posea las herramientas necesarias para su producción; que tenga hábito de invertir en su actividad productiva (compra de insumos, substitución de herramientas, mejora del terreno); que tenga una producción diversificada y hábito de estar atento a las señales del mercado disminuyendo o aumentado la producción de los diversos productos según la demanda.
La imagen final es la de una familia que cultiva 2ha de secano, una de maíz en asociación con otros productos alimenticios y otra segunda de productos comercializables (sésamo, soja…) y además trabaja otras 0.25ha irrigada en la que produce, cebolla, alubia y otras hortalizas durante todo el año.
De esta forma tendría un nivel de ocupación razonable durante todo el año y tendría una producción diversificada tanto nutricional como comercialmente, permitiéndole tener una alimentación equilibrada y unos ingresos mínimos.
Es muy importante comprender que la falta de un mínimo de recursos propios coloca a las personas en una situación continua de extrema vulnerabilidad.
En los últimos años el programa ha colaborado con los campesinos en un abanico de opciones productivas a través de una innovadora metodología que abarca toda la cadena de valor, desde la identificación de oportunidades a la comercialización pasando por la producción, con apoyo de asistencia técnica campesino a campesino y facilitando el acceso a insumos.
Algunos de los cultivos promovidos han alcanzado, en ciertos distritos, unas dimensiones muy importantes, de forma que es necesario trabajarlos de forma diferenciada: se ha conseguido que un gran número de campesinas (decenas de miles) dominaran las técnicas, que los volúmenes de producción (miles de toneladas) atrajesen a una multitud de compradores, por lo que el factor que falta por asegurar es el de la disponibilidad de insumos agrícolas. Se han logrado avances al respecto, pero aún falta un poco más de trabajo para garantizarlo. Mientras tanto, el programa se ocupa de comprar los insumos en la ciudad y transportarlos a las aldeas más grandes para abastecer a los y Las agricultoras. El camión llega cargado de semillas, fitosanitarios, regaderas, mangueras, difusores, botas de agua, mangueras, motobombas, aperos, etc…Ver el proceso en galería de fotos que nos han proporcionado las cooperantes del programa, María Olivera y Lídia Moreno.
