Queremos estar con las personas que llegan huyendo de la masacre

A causa de la crisis humanitaria que está viviendo la población de Cabo Delgado en la franja norte de Mozambique, un tercio de la población ha tenido que abandonar su casa para trasladarse junto a su familia a un lugar más seguro donde poder protegerse de los ataques de grupos armados no estatales que declararon su lealtad al ISIS allá por el año 2017.

Arrasan casas, torturan y violan; asesinan a hombres delante de sus familias y reclutan a menores. Tres cuartas partes de los desplazados son mujeres y niños. El 90% de los que huyen y tras realizar más de 400 km tal vez encuentren cobijo en casa de familiares pero una gran mayoría tiene que intentar rehacer su vida empezando de cero.

Mundukide lleva más de 20 años trabajando en la parte sur de la provincia de Cabo Delgado, donde ahora se ha convertido en zona de acogida de los miles de personas desplazadas. Desde que llegamos a esta lugar recóndito, nuestra labor ha sido ofrecer oportunidades para mejorar su situación socioeconómica de las personas a través de asesoramiento agrícola, proporcionando el suministro de insumos y facilitando a la población la creación de estructuras de regadío.  Gracias a este apoyo miles de personas han conseguido ampliar su cosecha habitual y comercializar sus productos para abastecer la zona turística de Pemba, y otras localidades cercanas por lo que muchas de ellas han podido duplicar y triplicar los 200 euros con los que viven durante todo el año.

Desde hace más de un año la situación en Cabo Delgado ha cambiado tanto por los ataques, que nuestra labor está siendo el de afianzar los puntos de tiendas de insumos para que los y las campesinas que quieran seguir produciendo no dejen de hacerlo por falta de almacenes de venta de productos agrícolas, porque aunque no lo parezca es uno de los problemas que tienen estas localidades tan aisladas. Tampoco podemos ofrecer el amplio dispositivo de asesoramiento agrícola tan conocido “campesino a campesino” que hemos venido utilizando desde los comienzos, y es que el centenar de campesinos que contratábamos de otras provincias ya no pueden pasar a Cabo Delgado por la situación tan turbia en la que vive.

A raíz de la buena relación con las instituciones y entidades de la provincia, estamos trabajando conjuntamente para acoger a las personas que llegan del norte huyendo de los ataques de los insurgentes, ayudándoles a construir casas y cuando ya se acomodan a comenzar a trabajar las huertas ya que muchas de estas personas son pescadores y no tienen hábitos rurales.

A pesar de que en Cabo Delgado trabajamos de forma diferente a la que hemos venido haciéndolo hasta ahora, en Niassa, provincia colindante en la que también trabajamos desde los inicios, continuamos trabajando de forma normal, por lo que la estrategia de Mundukide es ampliar la zona de actuación en Niassa para multiplicar la labor de cooperación que no podemos ejercer en la provincia de Cabo Delgado.

En estos momentos son 3 los cooperantes que trabajan en Mozambique y pronto llegará el cuarto para reforzar el trabajo. Alfonso es uno de ellos y nos cuenta como están trabajando con las personas que llegan exhaustas tras dejar el horror de la guerra atrás.